Desde el sofá: Lobos BUAP vs León
Siempre se agradecen los fines de semana futboleros, pues nos dan momentos de reposo y entretenimiento, para muchos otros, son sentimientos llenos de emoción y adrenalina, pues llevan los colores en la piel.
Esta vez como la fiera jugó de visitante, no me quedó más remedio que ver el juego en casa desde el sofá, el equipo de León se enfrentó a Lobos BUAP que venían de ganarle a Chivas en su casa y León de haber rugido en el glorioso frente al América, demostrando una vez más, que las águilas son clientes frecuentes.
Esta tarde estaba algo cansado, porque venía llegando de viaje y me había desvelado la noche anterior. Morfeo me había llamado a caer en sus brazos y no pude rechazar la invitación, así que caí como piedra en pozo, pero desperté al minuto diecinueve, con el grito de ¡¡GOOOOOOOOOL, de la fiera!! El gol vino de un pase filtrado que se encontró Elías Hernández y que cuchareó frente al arquero de Lobos, que ya en el piso, nada podía hacer más que lamentar la intrusión de don gol en su meta.
El juego de Lobos fue bastante impreciso y por más que la afición alentaba a su equipo con cánticos y gritos desde la tribuna, pareciera que aquellos lobos se habían ido a platicar con Caperucita, pues en el minuto treinta y cuatro, apareció “el patrullero” para dar un centro al “matador”, que se lanzó de ballenita y anotó el segundo tanto para la causa esmeralda.
El partido entraba en una fase interesante, pues dos goles en contra para el equipo local lo hacían querer modificar el marcador, eran momentos de bastante adrenalina, pero yo tenía tanta sed, que fui en busca de un buen trago de agua fresca para apaciguar mi sed, cuando llegando al sillón escuché que el narrador se sobresaltaba y entonces llegó el tercer gol y último del encuentro, Elías Hernández anotaba un doblete después de una jugada algo extraña dentro del área, algo así como un toma, es mía, te la presto, siempre no, que dice mi mamá que ¡Gooool!
En la segunda parte se dieron oportunidades para Lobos, que no salió con fortuna esa noche, quizá la dejó en la caja fuerte o tal vez se le perdió mientras correteaba a Caperucita, el caso es que estaba tan salado, que falló dos penales seguidos, el primero con la intervención del arquero “menonita” de León y la segunda con un poste endiablado que le negó la entrada a don gol que andaba insistente en aquellos minutos.
León tuvo varias jugadas claves en el partido que dejó ir, no se sabe si por estar satisfecho, o por mantener la dieta y evitar salir de aquel estadio con cuerpo de elefante y cabeza de León, el caso es que se llevó tres puntos bien merecidos de la casa del Lobo, que al parecer jugaba en el bosque, porque León al preguntar: ¿lobo, lobo estás ahí? Nadie respondió…