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León vs Morelia: Duelo de penales


Hoy fue un día bastante movido respecto a la actividad del Club León, saliendo del “glorioso” me dirigí a la pizzería que está cerca del estadio donde me ha dado la costumbre de ir, pero que no mencionaré por falta de patrocinio. Al llegar el encuentro estaba por comenzar y justo cuando me senté, comenzó a rodar el balón. El equipo visitante comenzó a demostrar que quería salir de su casa victorioso y quedarse con puntos para escalar en la tabla general.


Al minuto uno tuvo su primera aproximación de peligro sobre el arco leonés, defendido por el ya conocido “menonita” que voló como bruja con escoba y alcanzó a desviar ese balón que traía las intenciones de querer colarse en la portería sin permiso. Derivado de ese tiro de esquina vendría el primer penal marcado de la noche, que cometió Nacho González, quien en el toma, es mía te la presto, que dice mi mamá que siempre no, agarró del pescuezo a un jugador de Morelia y para desgracia del jugador leonés, el árbitro vio de frente todo el episodio completo.


Raúl Ruiz Díaz se paró frente al arco del menonita y sacó un riflazo que no entró en la portería del León, pero que seguramente puso temblar a más de uno en esta capital mundial del calzado. Luego a los nueve minutos el “menonita” tuvo otro vuelo espectacular para mantener cerrada la puerta esmeralda. Ya para entonces, se veía que Morelia iba a jugar a tener la posesión del balón y tratar de manejar el partido a su manera.


Al minuto cuarenta y siete, León tuvo una oportunidad a balón parado, que atajó muy bien el arquero de Morelia y llegó el remate que no se pudo lograr. En esta segunda mitad del partido, León salió con más intenciones que querer jugar y dejarle menos el balón a los morelianos.


Al minuto cincuenta y nueve, bajaron al “matador” Mauro Boselli, que estaba de espaldas al arco de Morelia dentro del área grande, listo para voltear y fusilar al arquero, el árbitro, que estaba muy cerca de la jugada, no tardó en pitar el penal, mismo que cobraría Boselli, pero con tan mala fortuna que fue atajado por el arquero de Morelia, arrebatándole la oportunidad al ídolo de la fiera.


Durante el resto del segundo tiempo, el conjunto dirigido por el “Chavo” Díaz mostró mejoría al ataque, pues tuvo varias oportunidades de gol, que no terminaron en las redes por culpa de un séquito de monjas que seguramente estaban rezando en algún convento de Morelia con sus velas prendidas y todos los santos bajados del cielo.


Vi un León que le costó trabajo adaptarse al juego, que tomó la iniciativa en el segundo tiempo, pero que no fue suficiente para sacar la victoria de la casa de la monarquía. El partido estuvo para cualquiera de los dos equipos, pero nadie le quiso morder al pastel y sólo nos quedaron momentos cardiacos, tanto, que mañana mismo iré al médico para que me revise, no sea que la próxima que vea jugar a la fiera, sin tiempo a pedir confesión, me dé el “patatús”.

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