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Desde la tribuna

León recibió en casa a los Gallitos del Querétaro, así que era una buena noche para ir al estadio y disfrutar del partido, pero no sin antes ir bien cenado, así que antes del encuentro fui a cenar unas deliciosas pizzas, esta vez fue en Palermo León, un lugar que abrió recientemente sus puertas para deleitar los paladares leoneses con esas pizzas tan exquisitas que salen de sus hornos, con una gran calidad y sabor, así que después de barriga llena, llega el corazón contento.

Esta vez el estadio no estaba lleno como en ocasiones anteriores, pero se disfrutaba de un buen ambiente. León salió con un cuadro de suplentes, pues seguramente el “Chavo” Díaz pensó que al ser gallos un equipo no tan fuerte, podría ganarle con suplentes y dar también un descanso a los demás jugadores para afrontar con mucha pila el próximo encuentro en casa.

León tuvo oportunidades en el primer tiempo que no llegaron al grito de gol, pero que en más de una ocasión nos hicieron levantar de las butacas. En una de esas jugadas, “el rifle” se fue frente a la portería con una buena posición para sacar un buen disparo o colocarla al ángulo, pero terminó haciendo un tiro más chueco que un tránsito a punto de cobrar mordida.

El gol de gallos llegó al minuto cincuenta y tres, con un riflazo de Benítez, que tras un balón mal despejado por la defensa de León, encontró los botines del jugador de Querétaro, que no tardó en sacar un potente disparo desde fuera del área que vencería a Felipe Rodríguez y pondría el uno cero en el marcador, silenciando el estadio.

En las tribunas el ambiente ya estaba caldeado y los gritos hacia los jugadores o el silbante no se hacían esperar, incluso un niño a mi espalda, le gritaba al árbitro que cuándo sacaba “las de Coopel”, haciendo alusión a las tarjetas amarillas. León se vio obligado a ir al ataque, pues dicho marcador no le favorecía en lo absoluto, fue entonces cuando entró a la cancha Elías Hernández y posteriormente Mauro Boselli, dos de los jugadores favoritos de la afición, para tratar de arreglar el error de la defensa.

Llegaría un gol para los esmeraldas que fue anulado por el silbante, por un empujón en el área del “rifle” sobre un jugador de Querétaro, algo que generó gran descontento en las tribunas, pues ya se festejaba el tanto. El cuadro esmeralda siguió intentando hasta que por fin llegó el gol que nos hizo gritar de emoción. Fue anotado por Mauro Boselli, al minuto setenta y cuatro, que tras un servicio del “rifle”, metió un cabezazo que dejó sin oportunidad a Volpi, que voló de forma espectacular, pero nada pudo hacer, pues el balón ya estaba en el fondo de las redes y el estadio gritaba y festejaba eufóricamente.

El tiempo se fue rápido en la recta final y el gol de León no cayó, por más que lo buscaron, como busca un abonero al deudor.

La serie de penales estuvo bastante alocada, tanto que uno de los aficionados que estaba frente a mí, mejor se volteó para no ver los cobros, porque seguramente se volvería diabético. El resultado final fue de León tres y Gallos cinco, dejando a León eliminado de la copa, en una noche fría, con un mal sabor de boca para la afición esmeralda, pero con esperanzas de poder lograr algo en la liga, así que sólo queda seguir trabajando para afrontar de la mejor forma al rival el próximo sábado en casa, esperando que no se cuele ningún aficionado con la playera del cruz azul, como esta noche alcancé a ver alguno por ahí…

Hoy la porra no salió por la puerta de López Mateos cantando, ya no quedaban ánimos, sólo caras tristes, incluso la de mi amigo Piña, que fue quien me llevó el partido pasado para ver cómo salían entonando cánticos los de la barra. Esta noche se acaba el camino a la copa, pero aún queda lo mejor por venir para la fiera, que nunca se dará por vencida, pues la cobija una gran afición, que los seguirán hasta la muerte.

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